LOS CABECILLAS DE LOS FONDOS BUITRES
Los inversionistas depredadores de Wall Street han creado un esquema multimillonario de adquirir con grandes descuentos las deudas de gobiernos en crisis. Se resisten a renegociar las deudas e impiden los acuerdos de reestructuración; entonces demandan para agotar los recursos de los países y obligar el repago de la deuda por su valor nominal. Estos inversionistas, a los que se les llama “fondos buitres” por su estrategia de enfocarse en países que no pueden hacer pagos de la deuda soberana (o pública), frecuentemente dejan a su paso una austeridad arrolladora que incluye la imposición de impuestos retroactivos, servicios públicos destruidos y la privatización de bienes y servicios públicos.
La depredación de los fondos buitres a los países endeudados no es un fenómeno que ocurre naturalmente. En realidad, se alimenta de una estructura de poder político y económico en el que prima el lucro de unos pocos gestores inescrupulosos de inversiones sobre el bienestar de millones de personas. En nuestro informe de diciembre de 2021, “Dolor y lucro en las deudas soberanas: Cómo Nueva York puede hacer que los fondos buitres dejen de depredar países”,1 detallamos las jugadas de fondos buitres y el papel que ocupan los tribunales federales en el Estado de Nueva York en su estrategia. 4Los fondos buitres dependen mucho de las determinaciones legales favorables de los tribunales federales de Nueva York porque la mayoría de los contratos de deuda soberana del mundo están regidos por el derecho de Nueva York o por el derecho inglés.
Más allá de un sistema legal que permite que los fondos buitres adquieran deuda soberana por el propósito expreso de demandar para cobrarla, existen redes de abogados, cabilderos, asociaciones comerciales, think tanks (también conocidos como “laboratorios de ideas”) e instituciones culturales que facilitan la estrategia de inversiones de fondos buitres y cosechan las ganancias provenientes de la depredación de la deuda.